Mi experiencia en el activismo

Mi experiencia en el activismo

Seguramente al escuchar la palabra activismo viene a tu mente mucha gente gritando con carteles o personas levantando basura de la calle o una recaudación de firmas. Yo tenía la misma idea pero el activismo es mucho más complicado y común de lo que podrías creer.

Mi viaje hacia el activismo fue casi por accidente. No sabía qué es lo que haría o cómo. Lo único que estaba en mi cabeza era el ayudar, específicamente a la población LGBT+. Allá afuera había mucha gente ayudando ¿Porqué no ser parte de ellos? Así fue como me topé con It Gets Better y Fuera del Clóset.

Solicité entrar a ambas asociaciones. Mandé mis datos y motivos para ser parte de ellos y esperé respuesta. Y fue Fuera del Clóset quien me respondió y me aceptó en su asociación. Así comencé. Con un inmenso deseo por ayudar pero sin saber cómo hacerlo.

Al inicio todo fue sencillo. Había que ayudar a limpiar y arreglar espacios de presentación. Atender a quienes pedían informes. Mover mesas. En fin, cosas muy sencillas.

Después de esta jornada tuvimos una reunión con todos. Mi primera reunión. A pesar de que me esforcé mucho y seguía muy motivado a seguir ayudando fue en esta reunión que me di cuenta lo poco que entendía del activismo.

Había tanto que no sabía, datos puntuales, leyes, cifras, argumentos, toda una variedad de conocimiento que no poseía. Después de todos los tropiezos me dispuse a aprender de mis errores y continuar con este viaje del activismo. Estaba logrando algo y, por muy pequeño, no estaba dispuesto a soltarlo.

Aprendí lo necesario. Me puse a leer un poco más sobre el tema. Me sentía preparado pero, de nuevo, estaba equivocado.

Llegó una nueva jornada de trabajo con los tiempos de elecciones. La Coalición Mexicana LGBTTTI fue creada. Fuimos invitados a participar. El objetivo fue presentar una agenda política a todos los candidatos y exigir nuestros derechos como población.

Coalición Mexicana LGBTTTI+

Al reunirnos con los candidatos había que explicar nuestra situación, la agenda y exigir que se respetara. La idea era buscar su apoyo en caso de ser elegidos. A cada reunión que íbamos yo tenía muchos nervios. Era algo importante y quería hacerlo bien. No lo hice perfectamente pero aprendí de mis errores durante estas reuniones.

Y ahora, viendo el camino que he recorrido en esta aventura, me doy cuenta de lo poco que sabía sobre el activismo. Seguramente aún me falta mucho por entender. Pero sé que el activismo puede ir desde portar una bandera LGBT+ con orgullo en tu escuela o trabajo, hasta asistir a marchas y exigir derechos al gobierno.

Photo by Max Böhme / Unsplash

El activismo existe en todos lados y podrías estarlo practicando sin saberlo. No solo es exigir derechos, es visibilizar y por el simple hecho de salir del clóset, de ser quien eres, estás logrando un cambio y de eso se trata el activismo.

Y sin importar el miedo, los nervios o lo poco que entienda he continuado en este viaje. Y es eso lo más importante que el activismo me ha enseñado. Hay que saber muchas cosas antes de iniciar con un proyecto pero, la mayoría de las cosas, las aprendes en el trayecto. No tengas miedo a equivocarte. Siempre continúa. Y sobre todo, nunca pares de aprender.

Photo by Alejandro Tavira