La revolución no espera

La revolución no espera

El pasado 25 de octubre una foto de la protesta en Chile comenzó a recorrer todo internet. Vi a muchas personas celebrando tan grande hazaña y comentarios diciendo: ¡Hagamos lo mismo! ¡Que empiece la revolución!

Foto por Susana Hidalgo

El día de ayer marcharon mujeres en la Ciudad de México exigiendo respeto, justicia y seguridad al gobierno, mismo concepto que en Chile; Mismos destrozos; Mismos métodos. ¿Qué pasó? Las mismas personas que celebraron la hazaña de Chile salieron a decir “así no”.

Foto por Sofía Cortés

Y son siempre las mismas excusas de siempre:

“Los monumentos no tienen la culpa”, “Sólo buscan hacer destrozos”, “Está bien que busquen un cambio, pero así no se hace”, “Ellas no me representan”, “El vandalismo no las va a traer de regreso”, “¿Por qué no hacerlo pacifista?”

Y mil excusas más, cada una más ridícula que la anterior. Es por eso que este post va dirigido especialmente para aquellos que dicen “así no”.

Regresemos en el tiempo.

1931

En plena revolución mexicana las mujeres jugaron un papel vital para el país, participando de manera activa en actividades militares decidieron unirse para exigir sus derechos. Hermila Galindo sostuvo que la participación de la mujer debía darse en lo público y en lo privado. Ella fue una de las feministas más importantes en México entre 1911 y 1919. Durante esta época la mujer no solo trabajó y cuidó del hogar, sino que salió a luchar por su patria y por su libertad, no solo como mexicana, también como mujer.

1937

Las mujeres exigían su derecho al voto.

Un derecho, que es tan básico hoy en día, era negado a las mujeres por diversas razones. Se formó el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer (FUPDM) que tuvo como principal objetivo lograr el derecho al sufragio. Durante este año Lázaro Cárdenas anunció que colocaría a las mujeres en el mismo plano que los hombres, pero pasaba el tiempo y no se veía ningún avance. El FUPDM se movilizó con mítines, manifestaciones, conferencias, amenazaron con quemar el palacio nacional e inclusive hicieron una huelga de hambre. Hicieron de todo para ser escuchadas hasta que en agosto de 1937 Cárdenas prometió enviar una iniciativa de ley para reformar el artículo 34 constitucional.

Y no es solo México…

Inglaterra, siglo XIX

Un movimiento político y social de mujeres organizadas luchando por su derecho al estudio, al voto, al trabajo y a la vida pública. Las conocemos como las sufragistas. Se alejaron de las manifestaciones pacíficas al ver el poco efecto que tenían y decidieron seguir el lema de “hechos, no palabras”. Alborotos, alteración del orden, violencia urbana, daños materiales, inclusive actos terroristas, todo por lograr su objetivo y ¿Qué creen? Lograron muchos cambios: para 1928, se consideran pioneras en el feminismo.

“Así no”

Todo el destrozo que se provoca tiene un objetivo: hacerse notar, que escuchen las demandas, que entiendan que todo está mal, que hay problemas, que las vean y las escuchen.

Si aún crees que “así no se hacen las cosas” te comparto unas manifestaciones pacifistas:

El fin de semana pasado hubo una manifestación pacífica. Misma causa. Mismo mensaje. El 27 de noviembre amaneció gris. Lo borraron. ¿Quién se enteró? Nadie.

Ambas manifestaciones en el ángel. Una ignorada. La otra criticada. Pero al menos de la última se habla. Las manifestaciones pacifistas quedan en el silencio.

Toluca, mi hogar. Velada pacífica. 200 velas. 200 mujeres. Cantos, lágrimas y anécdotas. Alzando la voz por todas las que ya no están, por todas las que ya no pueden. Ahí se quedó. Nadie lo volteó a ver.

O peor aún, cuando hacen una manifestación pacífica, se burlan. Cómo pasó con Daniela del Río en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

¿Qué se logra con tanto “vandalismo? Me alegra que lo preguntes. Anécdota de la UNAM:

Leí esto del mural de una amigo... Te voy a contar algo. Hacer unas semanas hubo paro en la UNAM, en la facultad donde...

Posted by Jorge Fichtl on Wednesday, November 27, 2019

Y por supuesto que van a salir a destruir todo. Van a quemarlo todo. Van a tirarlo todo. ¿Por qué? Pues porqué están furiosas, están hartas, y no es para menos. Corren peligro solo por ser mujeres. Cómo ellas mismas lo cantaron en una manifestación:

“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que ya ves. Es femicidio. Impunidad para mi asesino. Es la desaparición. Es la violación. Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni como vestía”

Están furiosas por perder a su amiga, a su hermana, a su hija. Están hartas de la impunidad. Están hartas de ver que cada día son menos y que nadie hace nada.

La próxima vez que veas una manifestación espero que entiendas lo que hay detrás de cada graffiti, detrás de cada martillazo, detrás de cada destrozo. Pero sobre todo entiendas que no te representan a ti ni a mí. Ellas gritan por las que les arrebataron la voz, destruyen por las que golpearon, representan a todas ellas que ya no están, todas las que no pueden gritar. Ellas marchan por todas las que asesinaron.

Cada grito en la marcha es por aquella hermana que se fue y nunca volvió. ¿Y el asesino? libre por las calles.

Pero… ¡Mi pared!

Y si aún después de todo esto te atreves a decir que los monumentos no tienen la culpa, déjame decirte que los monumentos representan la libertad y la justicia en muchos casos, cosas de las cuales no gozan muchas mujeres en México.

Pero para los que se preocupan por los monumentos históricos, el Hemiciclo a Juárez ya está limpio. Con tanta preocupación lo limpiaron que lo terminaron dañando más que todas las mujeres que fueron a “vandalizar”. Además, durante la limpieza de su amado monumento, 6 mujeres murieron en el país.

Seguimos más preocupados por una pared, por un pedazo de piedra, que por una vida humana. Y para los que digan que no, que es parte del patrimonio déjenme decir que hubo un asesinato de una maestra en Torreón, de la cual al día siguiente su sangre seguía en el suelo, pero la pintura por la marcha feminista no tardó más de 24 horas en ser limpiada. Ustedes juzguen las prioridades.

La próxima vez que pienses que “así no se hacen las cosas” déjame decirte que, a estas alturas, es la única forma correcta de hacerlo.

Corrección de estilo por: Fernanda González.

Fuentes:

El Estado mexicano y el sufragio femenino

Sufragistas: heroínas feministas de las primeras democracias

¿Pedían por favor sus derechos? Así eran las feministas de antes

Libro: La revolución de las mujeres en México — Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México